lunes, 16 de noviembre de 2009

Mi confrontacion con la docencia

Mi confrontación con la docencia.

Estudie la carrera de Ingeniería Mecánica Electricista en la Facultad de Ingeniería de la UNAM en Ciudad Universitaria. Ya desde entonces algunos ingresos los percibía a partir las asesorías que daba a estudiantes de preparatoria que tenían problemas con las dos materias que incluso ahora imparto: física y matemáticas. Años después, cuando casualmente me encontraba sin empleo, un antiguo compañero de trabajo me aviso de una vacante temporal para cubrir a un profesor en el cetis 39. Con la idea de esta temporalidad, me presente, me entrevistaron y me dieren el puesto. Al terminar este interinato, me ofrecieron una vacante en otro plantel y desde entonces (abril del 93) pertenezco oficialmente a este sistema. Al principio fue difícil adaptarse a la dinámica de la escuela sobre todo por todo el trabajo de escritorio que tenía que hacer, además de entender cómo funcionaba todo, pero había una parte muy fácil, trabajar con los muchachos. Para mí era muy fácil resolver muchas de las dudas que tenían sobre los alcances de su carrera. Trabajar con hombres, en la industria, solucionando problemas técnicos, laborables, de autoridad, tomando decisiones que además involucran la seguridad de personas, no se compara con nada con la frescura, vitalidad, ingenuidad y ganas de los adolescentes. Muchos de ellos me han tomado como su amiga o confidente aunque a otros no les inspiraba más que temor porque decían que era demasiado exigente. En el Cetis 154 impartí materias sobre mantenimiento industrial. En esta profesión hay muchos satisfactores; el estatus en el que nos ponen nuestros alumnos, la buena opinión que tienen sobre nosotros, los cambios de actitud que logramos, los cambios de opinión sobre algunas materias, la aceptación de los jóvenes en la escuela superior, etc.
La convivencia con los estudiantes me rejuvenece día con día, porque me actualiza, y al mismo tiempo me recuerda una parte importante de mi vida, cuanto disfrute y cuanto descubrí.
Existen algunas cosas que la hacen desagradable: el consumismo del que somos producto ha menguado valores éticos, economía, estabilidad en la familia y ha acercado más a los chicos a grupos de amigos poco recomendables, le ha restado valor a la educación y se lo ha dado a los bienes materiales. Eso creo yo es lo que tenemos que rescatar.

1 comentario:

Flora Rosas dijo...

Es un verdadero reto ser maestro: la responsabilidad es muy grande pues nuestro trabajo es con personas. Retomemos con entusiasmo nuestro trabajo en el aula.