Cuando leí el texto "La aventura de ser Maestro" no podía dejar de subrayar pues me leía en cada línea. En uno de los planteles en los que he laborado, se ofrecía la carrera de Mantenimiento Industrial. Daba tristeza que ni siquiera el personal sabia el significado y mucho menos el alcance de esta carrera. Les decían a los alumnos que los contratarían como personal de limpieza, o reparadores de planchas y lavadoras y cosas así, por el estilo. Ni hablemos de carencias, pues se contaba con tres tornos para grupos de 50 alumnos. Pero había materias en las que los recursos eran nulos. La materia de máquinas herramientas se convertía en trabajo de banco, y aunque en este taller se mejoró en equipo, hubo otros a los que nunca se consideró hacerlo, pero se nos pedía elaborar manuales de prácticas para los talleres. La carrera la dieron de baja, sin saber que aún con todos los adelantos tecnológicos, mantenimiento es una parte importantísima en la industria, claro que la realidad es que es incosteable equipar. Otra realidad es que las inclinaciones de los adolescentes no van por ese camino y que prefieren otras carreras y esta matrícula disminuyó bastante.
Cuando les hablas a los chicos sobre las cosas que conoces no dejan de sentir entusiasmo y creen en ti, los haces entrar a tu mundo, cuando lo experimentan se motivan más y las satisfacciones que recibes son muchas.
A la par de la actualización docente pienso que debe darse una orientación educativa completa, sobre los objetivos de la educación media superior, y si es un modelo tecnológico el que se ofrece, debemos dar la bienvenida a quienes traen experiencias recientes del mundo laboral con mayor razón
Al leer la aventura de ser maestro, vi muchas cosas que nos pasan a los que estudiamos una profesión distinta a la de la docencia. Y si, lo más difícil para mí, fue adaptarme a seguir un programa que no siempre concuerda con la realidad, porque las carencias que tenía respecto a las estrategias de enseñanza o a las de aprendizaje o formas de aprender de los alumnos ni siquiera sospechaba que existían. Creí que la forma que yo tenía de entender las cosas era la única que existía, aun ahora, de repente me atrevo a hacer cosas en clase que no siempre dan resultado, aun sigo experimentando. La razón es muy sencilla: nuestros alumnos no piensan como nosotros cuando teníamos su edad y tienen a la mano tecnología que nosotros no. Ellos son capaces de desarrollar habilidades diferentes a las de otras generaciones y alcanzarlos cuesta trabajo.
Por otro lado se encuentra el olvido de los padres por apoyar a sus hijos, para cerrar este triangulo en donde los docentes ocupamos un vértice, los padres otro y el último el estudiante, si alguno no está presente, entonces no logramos el equilibrio.
También creo que la des valoración del docente, se debe a las contradicciones en los valores escolares y los vigentes en la sociedad, , pues el consumismo ha acabado con los valores éticos y la irresponsabilidad para responder por sus actos, ya no es privativa de la juventud, sino de todos los que fingen que cumplen con su trabajo
lunes, 16 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Hola. Espero que mis primeros trabajos en la red les sirvan y que los critiquen para que pueda corregirlos, Les agradeceré sus sugerencias, Gracias
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